Nadie sabe su destino, porque es incierto. Nadie conoce el futuro, nadie sabe si el día de mañana sus parpados se abrirán y el brillo del sol los iluminará con esa radiante energía que solo él posee.
Pero solo conocemos el pasado, donde guardan los recuerdos, los buenos y los feos, pero todos ellos son nuestros atesorados recuerdos.
Puedo decir un "Hasta luego", o un "Te lo prometo", pero no soy dueño ni de mi vida.
Simples fracasos por simples errores, predecimos nuestro destino pero nada termina como se espera.
¿Como decirle "Nos volveremos a ver"? ¿Seré un mentiroso?
Y esto es lo que nos ata, no ser dueños de nosotros, de nuestra vida, de nuestro destino, ese poder de voluntad que es nulo ante la adversidad.
Solo se puede extrañar al pasado porque nadie conoce el futuro y nadie sabe que esperar de él.
Y no poder mirarle a los ojos y no poder decir esa pequeña mentira incierta, en el instante cuando te vas y sabrás que jamás volverás; Cuando cruzas la puerta y no hay marcha atrás.
Y solo podrás decir "Te extrañaré", como un viejo recuerdo, parte del pasado; Atado a esperanzas de volvernos a encontrar, el futuro es incierto y no sé si el día de mañana estaré muerto.
Quizá solo sea un recuerdo, uno bueno o feo, pero seré tu más atesorado recuerdo.
-Linda Luna
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