Como un karma sin terminar, el cruel destino de los no amados; se escuchan llantos de almas rotas sin encontrar su otra mitad. Sin soluciones, la felicidad dependía de un rostro que no conocíamos ni llegamos a ver; sin alternativas para seguir. No nací para amar, un aventurero sin su otra mitad, vagando en la triste y eterna soledad, efímero placer. Dando vueltas en el mismo lugar, buscándote, sin encontrar respuestas, con esperanzas vanas de esperar algo que nunca iba a llegar. Siguiendo en el mismo lugar, en la misma habitación, tengo solo el corazón, vacío y profundo, sin sentimientos por explotar. Nadie nació para mí, siempre estuve aquí con esperanzas rotas, y sueños sin realizar.
La triste y vaga soledad, mi triste realidad.
-Linda Luna
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