domingo, 1 de noviembre de 2015

Fernanda

Y sólo sé que se llama Fernanda... 

En un día casual la vi pasar, pensé que eran las 6 pero eran las 8, aquella noche que apenas atardecía con el sol cayendo poco a poco en aquel parque. Fue simple y sencillo. con tan sólo cruzar a cualquiera podía cautivar, es hermosa y misteriosa; fluyó cómo el viento dejando cuestiones en mi cabeza, dejando ilusiones en mi destino de miles de opciones. La vi cruzar, y la saludé, con la mas pícara mirada, le pedí su número pero no cedió, no dejó rastro y me dejó cómo un loco sin razón, se perdió; la vi voltear en aquella esquina, de alguna manera habían mas salidas en aquella calle dividida, y mas sólo dijo su nombre, Fernanda, cautivadora con su dulce y delicada cara. 
Y no sé si quizá mis "ojalá" me permitan volverla a encontrar, sólo queda esperar en cada noche bajo ese parque, bajo la luna hipnotizando mi alma y dejándome soñando de que ella está ahí, de que volverá, y de que quizá le llegue de nuevo a hablar... Pero ¿Qué será de ella cuando deje de ser un misterio? Cómo la caja de pandora abierta el aventurero ha terminado ya, un misterio por cerrar, ojalá no la llegue a olvidar, ni aquí ni allá, porque Fernanda para mí dejó de ser una persona singular en aquella noche particular. 

¿Qué tendrá? No lo sé, sólo sé que su nombre es Fernanda, y le escribiré poesía sobre esta cama hasta que mi almohada caiga a causa de Fernanda. 

- Linda Luna  

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