Oscura cómo la noche...
Ella anda en las calles de aquel viejo bulevar, viajaba sin parar, camuflada entre la noche, dejándose alumbrar por la dulce luna que le silbaba junto a la noche al caminar. Tentadora, el fuerte veneno que a cualquiera podría matar, la fuerte pócima que todos deseamos probar... Muere por mí o vive por ti.
La noche te llama, la luna, tu cómplice, dulce y terrible criminal. Tan fuerte para amar, tan dulce para besar, tan terrible para matar; lectora de poemas suicidas, escritora de personas sin vida, malicia, carnal, viva. Hija de cuervos, y asesina de ellos, cruzas la puerta de los cementerios y devuelves la vida a los muertos.
Bruja malévola, hechicera; prendes las velas con tu capa de drácula, y vuelas en aquellas noches desveladas. Haces magia y envenenas mi corazón, deliro poemas de amor tan sólo por vos. Te besarías con la muerte y matarías al diablo, crearía nuestro propio infierno para estar a tu lado.
Vestida de cuero y collar de pinchos, hoy sólo quiero follar contigo. Escuchar lo prohibido, ver terror italiano, mientras lentamente muero un poco a tu lado. No me importa la luz del sol, quiero vivir en la oscuridad con tu amor, y no me importa si esto me matará, sólo te quiero a vos amar.
Déjame esta noche follar, con vos, cerca de éste viejo bulevar.
- Linda Luna
domingo, 8 de noviembre de 2015
miércoles, 4 de noviembre de 2015
Madeleine
Había amado o había deseado, no era lo mismo, era diferente.
Aquella chica, resultaba un misterio más; era hermosa y pálida, blanca cómo la nieve y roja cómo la sangre (Una de mis mayores atracciones)... Pero la atracción física cualquiera la podía tener, pero estando tan lejos no explicaba mis "¿Por qué?" aquella mujer causaba una extraña sensación en mi piel. Quizá, tan sólo quizá, podría resultar siendo una atracción fatal, y quizá, tan sólo quizá, no era yo tan cobarde para asumir tal riesgo.
Naufragarme bajo su piel y entrelazar los dedos, unir nuestros cuerpo por un breve momento, mientras poco a poco nuestras almas encajaban; vaya vaya, cómo soñaba, alucinaba, me drogaba. Sensual y decaída, la pequeña sonrisa de una niña atrevida, una mirada pícara y escondida, un sol decayendo que alumbraba con su luna en la oscuridad. Cualquiera podía afirmar que era perfecta, pero ciertamente no era perfecta, pero, ¿Cómo un desconocido puede afirmar con tanta seguridad ante un alma que no puede observar? ... Ni yo lo sé, sólo quería enamorarme un poco de sus errores, de sus dolores, y de sus cosas vergonzosas, esas, las que ponían rojos sus cachetes al contar. Podía convertir a cualquier mujer mi musa de poesía, pero pocas causaban esta sensación en mí, de misterio y pasión, que me causaban un efímero dolor y amor, por algo que no había sentido o visto hasta el día de hoy. Pero, me tomo el atrevimiento de decirle un pequeño, dulce y sutil "Te quiero", por privilegiarme e inspirarme esta tarde, oscura, porque las noches no existen sin luna y la poesía jamás existirá sin vos...
He amado y he deseado, pero por una mujer cómo vos, ¡Jamás había alucinado!
- Linda Luna
Aquella chica, resultaba un misterio más; era hermosa y pálida, blanca cómo la nieve y roja cómo la sangre (Una de mis mayores atracciones)... Pero la atracción física cualquiera la podía tener, pero estando tan lejos no explicaba mis "¿Por qué?" aquella mujer causaba una extraña sensación en mi piel. Quizá, tan sólo quizá, podría resultar siendo una atracción fatal, y quizá, tan sólo quizá, no era yo tan cobarde para asumir tal riesgo.
Naufragarme bajo su piel y entrelazar los dedos, unir nuestros cuerpo por un breve momento, mientras poco a poco nuestras almas encajaban; vaya vaya, cómo soñaba, alucinaba, me drogaba. Sensual y decaída, la pequeña sonrisa de una niña atrevida, una mirada pícara y escondida, un sol decayendo que alumbraba con su luna en la oscuridad. Cualquiera podía afirmar que era perfecta, pero ciertamente no era perfecta, pero, ¿Cómo un desconocido puede afirmar con tanta seguridad ante un alma que no puede observar? ... Ni yo lo sé, sólo quería enamorarme un poco de sus errores, de sus dolores, y de sus cosas vergonzosas, esas, las que ponían rojos sus cachetes al contar. Podía convertir a cualquier mujer mi musa de poesía, pero pocas causaban esta sensación en mí, de misterio y pasión, que me causaban un efímero dolor y amor, por algo que no había sentido o visto hasta el día de hoy. Pero, me tomo el atrevimiento de decirle un pequeño, dulce y sutil "Te quiero", por privilegiarme e inspirarme esta tarde, oscura, porque las noches no existen sin luna y la poesía jamás existirá sin vos...
He amado y he deseado, pero por una mujer cómo vos, ¡Jamás había alucinado!
- Linda Luna
domingo, 1 de noviembre de 2015
Dispárame
Dispárame, fuerte, y no te arrepientas de volverlo a hacer
Introduce la bala dentro de mí, tú tienes el poder
Eres el error y la solución, la cuestión y la respuesta de lo anterior.
No me dejes vivir, no me dejes morir
Vive aquí o muere ahí
Repítelo una y otra vez al oír.
Cómo letras que derivan sin sentidos en mares de papel
Cómo un pez que vuela alto sobre los cielos
Todo es posible en éste múltiple universo.
La decisión es sencilla, lo imposible es tomarla
El camino es derivado a varios, un laberinto sin salida que te lleva a la deriva
Sin retorno o solución escuchas tu interior con la misma decisión.
Dispárame, una vez más, no importa las balas, importa la fuerza
No importa como golpees, importa cuan fuerte lo haces
No dejes de disparar y asesíname una vez más, una vez más.
Escucha la última canción, haz por primera vez el amor
Deja de follar y besa su corazón, rompe pretextos y toma riesgos
Muere o vive, al final de la deriva todos terminamos en la misma maldita salida.
¡Dispárame o muérete!
- Linda Luna
Introduce la bala dentro de mí, tú tienes el poder
Eres el error y la solución, la cuestión y la respuesta de lo anterior.
No me dejes vivir, no me dejes morir
Vive aquí o muere ahí
Repítelo una y otra vez al oír.
Cómo letras que derivan sin sentidos en mares de papel
Cómo un pez que vuela alto sobre los cielos
Todo es posible en éste múltiple universo.
La decisión es sencilla, lo imposible es tomarla
El camino es derivado a varios, un laberinto sin salida que te lleva a la deriva
Sin retorno o solución escuchas tu interior con la misma decisión.
Dispárame, una vez más, no importa las balas, importa la fuerza
No importa como golpees, importa cuan fuerte lo haces
No dejes de disparar y asesíname una vez más, una vez más.
Escucha la última canción, haz por primera vez el amor
Deja de follar y besa su corazón, rompe pretextos y toma riesgos
Muere o vive, al final de la deriva todos terminamos en la misma maldita salida.
¡Dispárame o muérete!
- Linda Luna
Fernanda
Y sólo sé que se llama Fernanda...
En un día casual la vi pasar, pensé que eran las 6 pero eran las 8, aquella noche que apenas atardecía con el sol cayendo poco a poco en aquel parque. Fue simple y sencillo. con tan sólo cruzar a cualquiera podía cautivar, es hermosa y misteriosa; fluyó cómo el viento dejando cuestiones en mi cabeza, dejando ilusiones en mi destino de miles de opciones. La vi cruzar, y la saludé, con la mas pícara mirada, le pedí su número pero no cedió, no dejó rastro y me dejó cómo un loco sin razón, se perdió; la vi voltear en aquella esquina, de alguna manera habían mas salidas en aquella calle dividida, y mas sólo dijo su nombre, Fernanda, cautivadora con su dulce y delicada cara.
Y no sé si quizá mis "ojalá" me permitan volverla a encontrar, sólo queda esperar en cada noche bajo ese parque, bajo la luna hipnotizando mi alma y dejándome soñando de que ella está ahí, de que volverá, y de que quizá le llegue de nuevo a hablar... Pero ¿Qué será de ella cuando deje de ser un misterio? Cómo la caja de pandora abierta el aventurero ha terminado ya, un misterio por cerrar, ojalá no la llegue a olvidar, ni aquí ni allá, porque Fernanda para mí dejó de ser una persona singular en aquella noche particular.
¿Qué tendrá? No lo sé, sólo sé que su nombre es Fernanda, y le escribiré poesía sobre esta cama hasta que mi almohada caiga a causa de Fernanda.
- Linda Luna
En un día casual la vi pasar, pensé que eran las 6 pero eran las 8, aquella noche que apenas atardecía con el sol cayendo poco a poco en aquel parque. Fue simple y sencillo. con tan sólo cruzar a cualquiera podía cautivar, es hermosa y misteriosa; fluyó cómo el viento dejando cuestiones en mi cabeza, dejando ilusiones en mi destino de miles de opciones. La vi cruzar, y la saludé, con la mas pícara mirada, le pedí su número pero no cedió, no dejó rastro y me dejó cómo un loco sin razón, se perdió; la vi voltear en aquella esquina, de alguna manera habían mas salidas en aquella calle dividida, y mas sólo dijo su nombre, Fernanda, cautivadora con su dulce y delicada cara.
Y no sé si quizá mis "ojalá" me permitan volverla a encontrar, sólo queda esperar en cada noche bajo ese parque, bajo la luna hipnotizando mi alma y dejándome soñando de que ella está ahí, de que volverá, y de que quizá le llegue de nuevo a hablar... Pero ¿Qué será de ella cuando deje de ser un misterio? Cómo la caja de pandora abierta el aventurero ha terminado ya, un misterio por cerrar, ojalá no la llegue a olvidar, ni aquí ni allá, porque Fernanda para mí dejó de ser una persona singular en aquella noche particular.
¿Qué tendrá? No lo sé, sólo sé que su nombre es Fernanda, y le escribiré poesía sobre esta cama hasta que mi almohada caiga a causa de Fernanda.
- Linda Luna
El último vuelo
Añorar, extrañar, era imposible olvidar
Mantenerse en el limbo del "estoy bien"
Y sobrevivir al infierno que hemos creado.
Era ya un buen tiempo, y en aquella noche, cómo siempre, volvían los más añorados recuerdos, llenos de dolor, pasión y amor, que no eran nada más que lo mismo. En un sólo sentimiento fluían miles más, con el pasado y la historia del presente olvidado. Aquel día tomó un vuelo para jamás volver, no regresar, escapar de la realidad, y volar, tan sólo volar, volar del mundo que lo atormentaba, intentando escapar. Y cómo siempre las noches eran tormentosas, precisas y exactas, el dolor y la poesía fluyen en las horas oscuras, cuando el vacío invade tu pecho hasta el punto de ahogarte y estallar en miles de lágrimas, cada una desparramadas cayendo al asfalto, cayendo de inmediato. Es imposible regresar al pasado que siempre te va a atormentar, es imposible volver al ayer, pero es imposible olvidar cada pedazo de el, totalmente imposible.
Aquella noche comprendí, que cada pedazo de mi ser era pasado, constituido y formado por cada parte de mis recuerdos, todos ya muertos. Y entonces aquella noche comprendí que morí.
Muerto en vida
Muerto en vida
Sin salida
O alternativa...
Mi último deseo era volver, pero encontré, que, volver, volver era torturar el alma, espíritu y cuerpo, y volví a comprender que la muerte no te salva del dolor, siempre vendrá algo peor.
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