sábado, 19 de diciembre de 2015

Ebrio hasta los huesos

Bebí éste trago amargo en tu nombre, para que fueras feliz sin mí...

Admito con toda mi sinceridad que siempre he sido un bastardo sin corazón, pero por ti, por vos, por ti fui un delirante de amor, lleno de promesas y calor para vos. Sueños que se derrumban al amanecer de cada mañana, y días que caen al anochecer; no te vayas cariño mío, no me dejes así, no me dejes aquí... Quizá podría vivir sin ti.

Un día sin sol, una noche sin luna, un verano sin calor, y un invierno sin frío, todo monótono y con poco sentido, almas que derivan en el camino, para seguir un fantasioso destino. Quizás este mundo no ha sido lo mío, quizá no lo he vivido, y me he fumado este último cigarrillo, con el más inmenso frío... Destruido, hasta el último pedazo de mi alma, sin esperanzas.

Un loco suicida, un hombre sin poder en sí mismo, un jinete sin caballo o un caballo sin jinete, los dos corremos hacia el vacío. Dime, ¿A dónde vas, amor mío?

Una, tras otra
Siguiente ronda
Una tras otra...

Alcoholizado hasta los huesos, sonrío, ante éste mundo soñador en un laberinto sin sentido, conducido por un crío, frío muy frío, que nos conduce al vacío. Y sólo llego a pensar, que vos, vos mi amor, no eres el fin de mi historia, serás unas historia más, una más de las historias por contar a esos jóvenes locos y deseosos por amar... Quizá no nacimos el uno para el otro, pero quizá si morimos el uno por el otro, lo nuestro sólo se resumía en un suicidio colectivo y sin sentido...


Esta noche tengo frío, por causa de ti amor mío, hoy tengo el corazón partido.


- Linda Luna

No hay comentarios:

Publicar un comentario